"La Reina Blanca le dijo a Alicia que para ayudar al Sombrerero, ella debe viajar al pasado, solo para descubrir que la Reina Roja y el Tiempo, un hombre que camina como un reloj, tienen un plan para hacerse cargo de la Tierra Subterránea".
(Alicia a través del espejo, Lewis Carroll)
No había, que yo recuerde, un espejo en el despacho presidencial de Sgae cuando yo lo ocupaba. Debe haber uno, y muy grande, en estos tiempos, a juzgar por la continuada costumbre de la presidenta, Pilar Jurado, de hablarnos desde una realidad paralela propia de quienes han cruzado su umbral, sin percatarse, además, de que sólo ella lo ha hecho, siendo la única que puede ver la distorsión que proclama con tanto entusiasmo para sorpresa de los mortales de a pie. Bueno, ella y, según parece, los miembros de su Junta Directiva, si no todos, al menos los suficientes para sostener una situación insostenible y hacerse cómplices de sus prolijos desvaríos y de su propaganda sesgada, inverosímil y hasta ofensiva para la inteligencia social.
Pero en el caso que hoy nos ocupa, Pilar Jurado ha cruzado todas las lineas y hasta sus más fieles aliados en la Junta Directiva tendrán difícil justificarla tras su último episodio mediático. La presidenta, simplemente, ha mentido a los medios y a la sociedad acerca de su reunión con CISAC, afirmando que existe un acuerdo para la presentación de una nueva propuesta estatutaria, consensuada con dicha organización internacional (algo insólito, por otra parte, ya que el único consenso requerido, aparte del de los socios, es el del ministerio), que presentará a una próxima asamblea extraordinaria. "Así lo ha anunciado Pilar Jurado en una entrevista con Efe en la que ha expresado su confianza en conseguir aprobar los estatutos, necesarios para adaptarse a la nueva normativa, "muy prontito" después de que la asamblea general de socios de la entidad los rechazara el pasado 24 de junio al no llegar al 66,6 % de votos requeridos y quedarse en casi un 63 %".
De paso, nos cuenta que contaba con los votos suficientes para haber podido aprobar los estatutos en la pasada asamblea "pero hubo algunas presiones y gente que tenía que venir a votar y tenía delegaciones (de voto) no pudo venir a ejercerlas por esta presión y al final el resultado fue el que fue". Es decir, que nos dice la presidenta que algunos socios (tendrían que ser muchos, además, para alcanzar ese 66,6% y no unos pocos) fueron presionados para no ir a votar, lo que supone una clara y grave corrupción del sistema democrático, que denuncia ahora, así como de pasada, sin que nos conste que se haya iniciado investigación alguna sobre tan grave supuesto dentro de la entidad.
¿Habrá compartido esta grave información con su Junta Directiva?
Bueno, ahora ya lo saben, aunque la presidenta haya evitado su convocatoria desde la reunión asamblearia (sin que sus miembros se lo exijan tampoco), impidiendo de paso la toma de posesión oficial de Eduardo Bautista, como miembro electo en sustitución del dimitido Fernando Illán.
Y eso sin hablar de la otra cuestión que su incontinencia nos revela, como es su proclamado conocimiento, no ya de la existencia de determinadas delegaciones de voto y sus "portadores", sino hasta del sentido de los propios votos, lo que ya exigiría una investigación más concreta y que la afectaría personalmente.
La explicación es, probablemente, mucho más simple: Pilar Jurado vuelve a hablarnos de una realidad que sólo existe en su mente, frente a la más prosaica que supone el rechazo de sus estatutos por la asamblea del pasado 24 de junio, tras no alcanzar la mayoría cualificada exigida. (En este caso, seguramente inducida por el inefable, que no infalible, "conseguidor" habitual, que intentaría así justificar su propio fracaso y de paso consolar el dolido ego de la presidenta).
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El antídoto contra la realidad virtual y la "picaresca presidencial" nos llega hoy de París, ya ven que casualidad, aunque no a lomos de ninguna cigüeña, sino a través de una nota del director general de la CISAC, Oron Gadi, quien desmiente categóricamente a Pilar Jurado tras sus declaraciones a EFE, en las que aseguraba haber llegado a un consenso sobre su hoja de ruta con dicha organización.
Nos decía la presidenta, a través de su espejo, es de suponer, refiriéndose a su reunión con representantes de la CISAC, que no sólo esta "le ha expresado todo su apoyo", sino que, además, "son conscientes de que estamos en el camino correcto y lamentan que por tan poquito no hayamos podido pasar este escalón".
La traducción oficial de su reunión es, por lo tanto, que todo está bajo control, el suyo, naturalmente, y que hay una hoja de ruta perfectamente diseñada y consensuada con una CISAC que sólo nos ha expulsado un poquito y que apoya de forma explícita y con toda intensidad la ardua labor de nuestra presidenta.
Tengo entendido que Pilar Jurado tiene un nivel de inglés más que suficiente para entenderse en una conversación, por lo que no parece probable que estemos ante un problema en la traducción.
Tampoco, como con exquisita elegancia nos transmite el artículo de ABC, que Pilar Jurado «malinterpretara la naturaleza del encuentro», lo que sí parece una traducción elegante por parte del diario en cuestión.
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En realidad, lo que Oron Gadi dice al respecto de la reunión en cuestión, con toda claridad, es simplemente lo siguiente:
"The meeting was at her request, to obtain our opinion on the steps she should take. We told her – multiple times – that given the current crisis the only reasonable solution would be to call for elections for a new Board, without delay. Regrettably, Pilar misrepresented the nature of our meeting in the press today and stated that she reached an agreement with CISAC about the Statutes. This is not true and of course no such agreement has been reached (or even discussed)".
Lo que traducido al "cristiano" viene a ser:
"La reunión fue a petición suya, para obtener nuestra opinión sobre los pasos que debe tomar. Le dijimos -muchas veces- que dada la crisis actual, la única solución razonable sería llamar a elecciones para una nueva Junta, sin retraso. Lamentablemente, Pilar tergiversó la naturaleza de nuestra reunión en la prensa de hoy y declaró que alcanzó un acuerdo con la CISAC sobre los Estatutos. Esto no es cierto y, por supuesto, no se alcanzó tal acuerdo (incluso, ni se discutió)".
La cuestión es si nos miente la presidenta, o lo hace el Sr. Gadi, algo que no debería ser indiferente a los miembros de la actual Junta Directiva, con cuyo silencio y apatía no hacen sino amparar a quien, con episodios como éste, pone en mayor riesgo aún, por si no fuera ya bastante, el futuro de la Sgae, de sus socios, y de sus trabajadores.
Parece ser, eso sí, que la crónica del ABC ha sido muy comentada, y ya hay fecha para la convocatoria de la Junta, el próximo 25 de julio, un jueves pre-vacacional en el que, seguramente, la presidenta espera una asistencia mermada por la diáspora veraniega (quizás falsamente confiada en el oxígeno que, cree, le proporcionaría el artículo 65. 3 de los estatutos vigentes).
Personalmente no tengo muchas dudas al respecto de quien miente.
Tampoco muchas sobre lo que hará la aparentemente acomodada directiva actual, pero se admiten apuestas...
José Miguel Fernández Sastrón
(12 de julio de 2019)
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