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ESTA CASA ES UNA RUINA...

Foto del escritor: asesorautorasesorautor

“La vida es peligrosa, no por las personas que hacen el mal, sino por los que se sientan a ver lo que pasa”.

(Albert Einstein)

Sgae es una entidad centenaria, que ha pasado por muchas vicisitudes durante su dilatada y convulsa trayectoria, aunque no es fácil señalar un momento más penoso que el que vive a día de hoy, bajo la égida de Pilar Jurado, que parece decidida a pasar a la Historia, aunque sea solo por haber conseguido acabar con la entidad en un tiempo récord. En apenas un año de mandato, la presidenta ha conseguido hitos sin precedentes y camina orgullosa hacia una debacle anunciada y muy trabajada por su parte, ante el aplauso de sus acólitos y paniaguados, la parsimonia de sus acomodados pseudo-detractores y el silencio de sus víctimas, los socios de la entidad, ajenos a una realidad que, cuando se manifieste en toda su crudeza, será tarde para lamentaciones.

En la anterior entrada avisábamos de la "sangría" que iba a producirse en el directorio de Sgae, una nueva purga "pilariana" (y van...) que dejaría a la entidad sin Secretario General (ya explicamos las razones en https://www.asesorautor.com/post/jaque-a-la-reina), sin Director Financiero (el comunicado habla de un "relevo previsto", pero no hay todavía sustituto, que elegirá un recién llegado, sin conocimiento alguno del entorno) y en manos de un nuevo Director General "en pañales", desconocedor de la casa y sus circunstancias, sin cualificación para el cargo, y que necesita ser asistido por su predecesor (que apenas ha estado seis meses en el puesto).

Claro que, si leemos el comunicado oficial, parece que hemos contratado al Oráculo de Delfos. De hecho, podemos estar tranquilos, ya que, según nos dicen en dicho comunicado, "el nombramiento de Adrián Restrepo permitirá a la entidad impulsar su estrategia internacional, además de acometer, desde un extenso conocimiento técnico y experiencia en BackOffice para distintas compañías y sociedades de gestión, su transformación digital para adaptarla a los nuevos retos en la gestión de derechos de autor".

Más o menos lo mismo que nos dijeron con Recio, o después con el propio Angaramo (los comunicados son un modelo muy repetitivo y, a lo mejor, alguna vez acaban acertando).


Por lo que respecta a Restrepo, de momento nos cuesta traerlo e instalarlo en Madrid (a él y a su familia) y un blindaje de un año (lo que en tiempos de Pilar Jurado es una eternidad, ya que sus caprichos suelen durar mucho menos).

¡Será por dinero!


Hoy vamos a hablar precisamente de eso, de dinero.

Pilar Jurado no se cansa de repetir que su recaudación ha sido extraordinaria y que las cosas están mejor que nunca (aunque no da información alguna al respecto, ni siquiera a sus propios consejeros, que desconocen el detalle del cierre de 2019 y viven al margen de las pesimistas predicciones para 2020).


El problema es que la que no parece saber valorar el escenario en que se mueve es la presidenta, que vende una realidad ficticia y oculta un panorama bastante desolador, no ya solo en cuanto a su penosa gestión y sus pobres resultados económicos, sino también en lo que se refiere al futuro de un modelo de gestión colectiva que no puede dormirse en los laureles y seguir dilapidando su credibilidad y su patrimonio a capricho de Pilar Jurado, de unos consejeros entregados a sus propios asuntos y de una administración descabezada, desasistida, desorientada y demotivada ante la insolvencia del liderazgo impuesto por la mediocridad de sus mentores.


Son varias las cuestiones que han venido nublando el panorama de Sgae en los últimos tiempos, y entre ellas:


- Diversos conflictos judiciales (y cuestión deontológica).


Por lo que respecta a los conflictos judiciales, destacan aquellos que afectan a repartos pretéritos y que suscitan un profundo interés por parte de un nutrido grupo de miembros de la actual Junta Directiva, cuyas expectativas e intereses son opuestos a los de la entidad en estos procesos. Eso hace difícilmente compatible el ejercicio de su función representativa con sus aspiraciones particulares. Resulta, además, inquietante el pensar que muchas de las decisiones adoptadas a propuesta de la presidenta en los últimos tiempos (incluida esa "masacre ejecutiva" de la pasada reunión de la Junta Directiva y la contratación de un director general escasamente cualificado) han requerido del apoyo de ese colectivo, que ha dejado bien claras sus prioridades (y no tardaremos en verlo).

Hoy, sin ir más lejos, la Junta Directiva, en una nueva sesión extraordinaria, podría nombrar a un nuevo Secretario General (se habla de Eduardo Ezpondaburu), ya que parece que, finalmente, Marta Beca no ha aceptado esa condición de "flexibilidad deontológica" exigida para contar con el apoyo suficiente y el candidato propuesto deberá ganarse la confianza de los miembros de Pequeño Derecho, que esperan poder votar sus propios anticipos en el próximo consejo.


De hecho, han convocado un consejo extraordinario para mañana martes que deberá abordar los anticipos excepcionales que el consejo de 15 de enero de 2020 decidió someter a la aprobación del Ministerio, ligados a una imposible ejecución provisional de una sentencia en la que los solicitantes no son parte.

La idea es, por lo visto, retomar la cuestión y buscar la fórmula para conceder esos anticipos excepcionales (y mucho me temo que irregulares) sin la autorización ministerial.


¿Informarán de ello al Ministerio, o es una sorpresa?


También abordarán en dicho consejo cambios reglamentarios, artículos 162 ("Normas de aplicación a los arreglos y/o adaptaciones de dominio público o populares") , 202 ("Definición y valoración de obras y espacios") y 204 ("Sistemas de distribución de los derechos de comunicación pública procedentes de la recaudación de las emisoras de televisión").


La pregunta es:


- ¿Permitirá el nuevo Secretario General que participen en la votación los miembros de la JD señalados por la comisión deontológica?


- ¿Y lo permitirán la presidenta y el resto de la Junta Directiva?


El problema añadido es que, si bien no parece posible que, aquellos que la comisión deontológica señaló como incursos en conflictos de interés, participen en una votación especialmente relacionada con el conflicto mismo, tampoco parece aceptable que decisiones en asuntos de tanto calado se diriman sin la debida representación del Pequeño Derecho, que se vería mermado en su representatividad, como lo está también el colectivo editorial en la actual Junta Directiva (lo que deja a la "música" en desventaja evidente, de existir algún conflicto interprofesional en las modificaciones anunciadas).


El conflicto, en todo caso, está marcando la legislatura, la agenda y las decisiones de Pilar Jurado y su desenlace es tan imprevisible como desasosegador.


- El conflicto con el Ministerio.


La opacidad respecto al conflicto con el Ministerio es norma habitual en esta Sgae de Pilar Jurado. Ella ha vendido en numerosas ocasiones su estupenda relación política, y ha emitido comunicados tranquilizadores sobre el particular.

Ocurre, sin embargo, que esa es una realidad paralela, en la que viven la presidenta y su séquito, y que tiene poco de realista. No se había informado, por ejemplo, de la reciente resolución del expediente sancionador abierto en diciembre de 2019, cuyo resultado ha supuesto una sanción económica de 100.000€ a la entidad por su "falta de atención a los requerimientos de las Administraciones Públicas". Solo después de que la prensa se hiciera eco de ello, la Sgae ha emitido un comunicado al respecto (para decir, naturalmente, que todo está bajo control), y eso que hace tiempo que se sabía.

Pero, ¿para qué preocupar a los socios con esas menudencias, cuando se les pueden contar cosas mucho más relevantes, como que la presidenta lleva la calma a Sgae y apuesta por Málaga frente a Sevilla?


Más grave parece la falta de información respecto del necesario beneplácito, por parte del ministerio, de la reforma estatutaria que aprobó la asamblea el pasado 30 de enero. Sin este requisito, los nuevos estatutos serían papel mojado. El problema es que, en contra de la práctica habitual, Pilar Jurado y su Junta Directiva llevaron a la asamblea una reforma estatutaria que no había sido previamente consensuada con el Ministerio, con el riesgo que ello supone, en una clara muestra de falta de previsión y de cortesía institucional, no exenta de cierta prepotencia que no ha pasado desapercibida en el ámbito público.

Transcurrido más de un mes desde su aprobación por la asamblea, seguimos sin noticias de la respuesta ministerial.


- El conflicto con CISAC.


En la cuestión de CISAC, no es que la información de Pilar Jurado haya sido escasa. El término "opacidad" se queda muy corto ante su gestión de este conflicto, ya que, no se trata de que omitiera la información, sino de que la manipulaba a su conveniencia, para vendernos esa realidad paralela en la que lleva viviendo desde su elevación a los altares.

Así, poco antes de la asamblea de CISAC del pasado mayo de 2019, Pilar Jurado nos comunicaba sus logros respecto de las 17 exigencias que había planteado la organización internacional. La cúpula de CISAC la había felicitado y ella, en apenas tres meses, había generado una confianza abrumadora y satisfecho las demandas con su esfuerzo y dedicación, en una gesta inédita en las últimas décadas.

Esa era, al menos, su traducción a los socios de la carta que recibió de la CISAC, en la que le recordaban los 17 puntos cuya solución demandaban y sobre los que el equipo de revisión había dado un claro veredicto, añadiendo al final de cada uno de ellos un conciso: "No progress", en un visible color rojo que solo pasó desapercibido, parece ser, a la voluntariosa presidenta.

El resultado fue la expulsión temporal de Sgae a los pocos días, algo que también se comunicó a los socios desde esa particular lectura pilariana, en un texto que no tiene desperdicio.

Todo un éxito, en definitiva, de Pilar Jurado y un hecho "sin precedentes" (eso, al menos, sí era verdad, aunque no en el sentido "pilariano" de la frase).

La expulsión era en realidad "un voto de confianza a la gestión realizada por la Junta Directiva de la SGAE presidida por Pilar Jurado".


Pero no contenta con ello, la presidenta, poco después, se retrataba en unas declaraciones en prensa en las que hablaba de su reciente reunión con el director general de CISAC, Gadi Oron, en las que afirmaba que "llevará los estatutos de la SGAE consensuados con Cisac a la próxima asamblea", ya que se había reunido con sus dirigentes, que, "son conscientes de que estamos en el camino correcto y lamentan que por tan poquito no hayamos podido pasar este escalón".

Las declaraciones de Pilar Jurado dieron lugar a un hecho insólito, como es el posterior desmentido del propio Gadi Oron, quien dio su versión de los hechos y dejó claro que, no solo no habían consensuado nada en materia de estatutos, sino que ni siquiera habían tratado el tema, añadiendo que lo que si le habían dejado claro a la presidenta era que la única solución razonable pasaba por la convocatoria de unas elecciones, lamentando que Pilar Jurado hubiese "tergiversado la naturaleza de la reunión en la prensa de hoy" (Textualmente, en la versión óriginal:"We told her – multiple times – that given the current crisis the only reasonable solution would be to call for elections for a new Board, without delay. Regrettably, Pilar misrepresented the nature of our meeting in the press today and stated that she reached an agreement with CISAC about the Statutes. This is not true and of course no such agreement has been reached (or even discussed)".


Independientemente de que un episodio tan vergonzante hubiera exigido la inmediata dimisión de una presidenta que ha mentido y puesto en ridículo a la entidad y a sus socios (y de no producirse, al menos, la censura por parte de una Junta Directiva que fue incapaz de reaccionar), el hecho es que parece más que evidente que, en la asamblea del próximo mayo, la CISAC mantendrá el mismo criterio, lo que podría suponer la expulsión definitiva de la Sgae (incluso en el caso de que los nuevos estatutos sean aprobados por el Ministerio, lo que no es tampoco un hecho, a día de hoy).



- El problema de la recaudación y la complicada situación financiera.


Pero llegamos al asunto principal, pues de él dependen el presente y el futuro de la entidad.

Hablamos de la RECAUDACIÓN y de la complicada SITUACIÓN FINANCIERA de la Sgae.

Si algo ha ocultado Pilar Jurado, y sobre algo ha dejado correr su imaginación, es sobre estas cuestiones. Desde hablar de una "recaudación histórica", hasta negar la mayor respecto a la intolerable apropiación de 10 millones de € para tapar el agujero de su deficiente gestión.

Porque no dijo la verdad Pilar Jurado cuando aseguró a los socios que esta apropiación nada tenía que ver con las cuentas (aunque a los cinco minutos afirmó todo lo contrario), o intentó desligarse de la debacle financiera derivada de un patrimonio neto negativo que ha superado los límites estatutarios del artículo 81.


La realidad que oculta Pilar Jurado en su discurso triunfalista es que la recaudación ha caído notablemente en su primer ejercicio (2019) y se prevé una caída mayor en 2020, mientras que los gastos no paran de crecer.

Así la escuchamos en la pasada asamblea afirmar que con la propuesta de donar 10M€, provenientes del reparto, a la administración "lo que se pretende, justamente, es beneficiar a todos los socios evitando la subida del Descuento de Administración".

Podía decirlo más alto, pero no más claro. Los diez millones solicitados eran necesarios para evitar la subida del descuento, es decir, para financiar unos costes de gestión que superaban las previsiones y la cantidad aportada por los socios mediante el descuento actual, pero sin necesidad del enojoso trámite de subirlo abiertamente, algo políticamente muy embarazoso.

Por eso la farsa es aún mayor cuando dice que con ello se beneficia a todos los socios, ya que la realidad es muy otra.


- En primer lugar, esos 10 millones no son de todos los socios, sino de algunos de entre ellos (que no se han sabido identificar), por lo que, lo que hace la presidenta es cargar arbitrariamente sobre estos el coste de su mala gestión, en lugar de hacerlo sobre todos, de forma transparente, proporcional y equitativa.


- En segundo lugar, tampoco se informó (ni se me permitió a mi hacerlo en la asamblea) de que esos 10 millones no reflejan la dimensión real del problema, sino "el sumatorio de aproximadamente 15 cuentas contables que aparecen en el balance de sumas y saldos, y que son los derechos pendientes de reparto", es decir, una mera solución a medida de la entidad, consistente en consolidar unos saldos, negativos en algunos casos y positivos en otros, dando lugar a esa cifra y convirtiendo a su conveniencia unos saldos particulares en una difusa relación con un ente abstracto e indeterminado.


Para entenderlo bien: la entidad, según su propia contabilidad, repartió de más en algunos casos y de menos en otros. Eso supone que algunos socios deberían dinero a la entidad, porque se les repartió de más, y otros, en cambio, serían acreedores de la misma (la entidad les debería dinero a ellos).

De hecho, y si la memoria no me falla, la Sgae debería alrededor de 27 millones a unos socios a los que habría repartido de menos, mientras que habría repartido unos 17 de más a otros socios, lo que revela que son 44 los millones mal repartidos.


Con esta fórmula y la propuesta de Pilar Jurado lo que se hace es:


1 - A los socios que han recibido de más no se les aplica ninguna regularización, es decir, se les condona esa deuda con la entidad. Se ven, por ello, beneficiados, pero la Sgae no asume esa condonación, sino que la hace con cargo a los socios que fueron perjudicados.


2 - A los socios que han recibido de menos no se les resarce de ese perjuicio, sino que se les pide que donen ese dinero a la entidad (en beneficio, dice la presidenta con total desparpajo, de todos). Estos socios se han visto doblemente perjudicados. Primero porque se les repartió de menos y ahora porque se les impone costear los excesos de la gestión actual, evitando con ello un aumento proporcional y equitativo de la contribución de todos los socios a ese coste.


3- Se elude (en realidad, solo se aplaza) la subida del descuento de administración que exigirían sus malos resultados, ocultando esta realidad a los socios detrás de una "donación" ilegal, selectiva y arbitraria que oxigene sus cuentas.


¡Imagínense ustedes una Junta General de accionistas de una entidad bancaria que hiciera lo mismo, dentro de su actividad!


El Presidente subiría a la tribuna para explicar que los números no cuadran, que lo que dice el departamento de cuentas corrientes y el financiero no coincide y que algunos clientes han recibido 17 millones de más en sus cuentas y otros se han visto privados de 27 millones que deberían haber recibido. Pero que, como no son capaces de identificar a los afectados, ni conocer el detalle de los casos concretos, han decidido que se olvidarán de reclamar los 17 millones "regalados" a algunos clientes, pero descontarán esa cantidad a los 27 millones que el Banco dejó de abonar a otros. Con ello, convertirían su "deuda con clientes" de 27 millones en solo diez.

Y para rematar la faena, proponen a los accionistas (a todos, aunque los afectados serían los acreedores de esos 27M€ que ya, por decreto, han convertido en 10M€) que permitan a los gestores apropiarse de esa cantidad para costes de gestión, pasándola del pasivo al activo, evitando así la indeseable subida de las comisiones que, en otro caso, exigirían unos resultados decepcionantes.


¡Pues eso es lo que se propuso y lo que aprobaron los "accionistas" de Sgae!

Dicho sea en su descargo que no fueron debidamente informados, aunque tampoco lo exigieron, e incluso fueron engañados en un alto porcentaje (de los 1.440 socios participantes en la asamblea, 810 votaron con una información falsa, pero de eso hablaremos más adelante).

Decía Pilar Jurado en la pasada asamblea, defendiendo su gestión, que durante su presidencia "se habían ahorrado 3,5M€ del Presupuesto" y añadía que "si se trata de dar datos, está convencida de que le darían la razón". Pero parece que no se trataba de eso y, naturalmente, no dio dato alguno.

Los datos no son su fuerte, seguramente porque tienen la mala costumbre de contradecir su discurso.


Si los diera, sabríamos, por ejemplo, que el Presupuesto publicado de 2019, primer ejercicio de Pilar Jurado, contemplaba unos ingresos administrativos de 58,8M€ (de una recaudación prevista de 293M€ es decir, ya de por sí 26M€ menos que en 2018), para unos gastos de 55,3M€ (de los que 38,9M€ serían costes de personal).

Los ingresos administrativos de 2019 han sido de 59,9M€ (aunque en la recaudación ni siquiera llegaron a la conservadora cifra prevista y se quedaron en realidad 281M€, es decir, un 4% menos de lo presupuestado y 40M€ menos que en 2018, cuyos ingresos fueron de 319,4M€). Es decir, Sgae ingresó un millón más de lo presupuestado, para la administración, pero 12 millones menos para los socios.


Conclusión: La Sgae de Pilar Jurado "ahorra" más en ingresos que en gastos y es más rentable para los gestores que para los socios (lo que no es para presumir, aunque ella, en su mundo onírico, lo haga, al margen de que esa supuesta rentabilidad para la administración tiene también su "miga").

Pero es que el Presupuesto publicado de 2020 parece querer resarcirse de esta modesta austeridad y concentrar el ahorro ya directa y exclusivamente en los "ingresos sociales".

Vemos que prevén para 2020 unos gastos de 55,3M€ (es decir, lo mismo que previeron para 2019) de los que 39M€ son gastos de personal (eran 31 en 2018).

Los ingresos de explotación previstos (son los ingresos de la entidad, no la recaudación, y provienen mayoritariamente del descuento de administración y la prescripción) son de 59M€ (48,4M serían el descuento de administración).

Vemos pues que Pilar Jurado anuncia que en 2020 dispondrá del mismo dinero para costear su gestión.

La recaudación prevista para 2020, es decir, el dinero del que dispondremos los socios, es, sin embargo, de unos 225M€ (56M€ menos que en 2019 y 70M€ menos que en 2018), lo que, al margen de confirmar esta rentabilidad asimétrica entre gestores y socios de la Sgae "pilariana", deja algunas incógnitas a las previsiones de Pilar Jurado y, desde luego, muchas dudas sobre sus números.


Veamos:


- En 2018, una recaudación de 319M€ supuso un ingreso por descuentos de administración de 44M€.


- En 2019 (ya con Pilar Jurado al frente), la recaudación, dicen, ha sido de 281M€ y los ingresos por descuento de unos 40M€.


- Y ahora, el Presupuesto de Pilar Jurado para 2020 nos dice que esperan recaudar 225M€ y obtener con ello unos ingresos por descuentos de 48,4M€ (4,4M€ más que en 2018, con 70M€ menos de recaudación y... ¿sin subir el descuento?).


¡Eso sí que sería un récord!


¡Un milagro, incluso!


Como es obvio, esta cifra recogía ya los 10M€ "chuleados" a los socios, aunque, a la fecha de publicación del Presupuesto 2020, aún no se había celebrado la asamblea.

La pregunta es qué hará el año siguiente, salvo que aspire a convertir en costumbre la dádiva social de 10M€ del reparto cada año.


Pilar Jurado no ahorra, solo gasta. Y tampoco recauda.


Por eso necesitaba esos 10M€ que los socios le han donado para que siga la fiesta.


Y por eso necesitará de otro "cambalache" para cuadrar las cuentas de 2019, como es el utilizar la provisión de 13M€ para la deuda de Fundación, convirtiéndiola en un ingreso del ejercicio (el milagro de la conversión contable de pasivos en activos es ya una costumbre "pilariana"), en virtud de un plan de viabilidad aprobado en enero de 2020 y que, por lo tanto, no sería aplicable a las cuentas de 2019 (parece que E&Y tendrá que hacer un nuevo ejercicio de "creatividad" si quiere evitar incómodas salvedades y permitir obviar una provisión por el total de la deuda actual, en contra de su propio criterio). Aunque esto, además, depende de que el Ministerio apruebe dicho plan, pues, de lo contrario, no solo esos 13M€ deberían seguir en el pasivo, sino que habría que añadir a éste, ya sin posibilidad creativa alguna, otros tantos para cubrir la deuda real de Fundación, que supera ya los 30M€.

De hecho, ya debieron reformularse las cuentas de 2018, cuando Pilar Jurado y el director general decidieron dar marcha atrás al anterior plan de Fundación (sin tener en cuenta las consecuencias de una decisión desafortunada, que han tenido que reconsiderar para 2019, aunque tarde) dado lo que con toda claridad manifestaba el auditor en su "Fundamento de opinión con salvedades".

El auditor decía claramente que, no habiéndose cerrado el acuerdo con Fundación, debería provisionarse la deuda en su totalidad (que era de 26,6M€), por lo que deberían añadirse otros 13,5M€ a los 13M€ ya provisionados, ya que lo contrario contrariaba "el marco normativo de información aplicable a la sociedad" y a la "evaluación de riesgo" del propio auditor.

Pero, claro, hacerlo suponía que al patrimonio neto de Sgae (que era negativo en -11,8M€) deberían restarse otros 13,5M€, siendo en realidad de -25,3M€ (y así debió figurar en las cuentas de 2018).


¡El susto de la presidenta debió ser de órdago!


Pero no hubo reformulación (Pilar Jurado ni siquiera lo propuso al consejo, que tampoco lo exigió). Hacerlo hubiera supuesto una obligada y drástica subida del descuento de administración en cumplimiento de lo establecido en el artículo 81 de los estatutos de Sgae, algo que yo denuncié en la asamblea, negándome a aprobar unas cuentas que no mostraban la realidad patrimonial de la entidad y así consta en acta.

La presidenta, naturalmente, prefirió una "salvedad" en la auditoría, que asumir que su primera asamblea se saldara con el primer aumento del descuento de administración en mucho tiempo.

Pero ocultar la realidad no resuelve los problemas, solo retrasa las soluciones. Y durante el 2019, los pobres resultados de su gestión no han hecho sino aumentar ese deficit (y tomar 10M€ del reparto de los socios, subrepticiamente y con información engañosa, para ocultarlo, es hacer un aumento encubierto, asimétrico e insolidario del descuento de administración).


Esta, y no otra, es la realidad de la Sgae de Pilar Jurado, su Junta Directiva (con honrosas, pero escasas excepciones) y ese equipo que ha formado caprichosamente de Williams y Pelayos, dedicados a bailarle el agua y a defender sus sillones, mientras el dinero de los socios se pierde por las alcantarillas de la vanidad y la incompetencia.


Porque esta casa, hoy, señora presidenta, diga usted lo que diga, es una auténtica ruina...



José Miguel Fernández Sastrón

(9 de marzo de 2020)




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