![](https://static.wixstatic.com/media/f7b048_b0917021f3a94638a8597adad828045a~mv2.jpeg/v1/fill/w_296,h_170,al_c,q_80,enc_avif,quality_auto/f7b048_b0917021f3a94638a8597adad828045a~mv2.jpeg)
Parece que la actual Junta Directiva quiere despedir la legislatura con polémica y en su reunión de mañana viernes, día 3 de julio, no se resigna a asumir su condición de "interina", que la convierte en una junta "en funciones" que no debería abordar temas fuera de los imprescindibles del día a día.
Desconocemos el detalle de las propuestas que figuran en el orden del día y que incluyen, parece ser, modificaciones estatutarias (no sabemos si para modificar el texto que la JD aprobó el pasado 26 de mayo y que incluía las sugerencias del ministerio, o para modificar el que aprobó la asamblea el pasado 30 de enero, algo que sería insólito).
Lo que sí parece es que será una reunión cargada de propuestas para la próxima Asamblea General, que convocarán para el próximo 30 de julio (una fecha muy adecuada, sobre todo si se pretende que pase desapercibida para unos socios que estarán iniciando sus vacaciones, en algunos casos, o su agenda veraniega de "bolos", los que puedan, en otros).
Que el señor Onetti y su Junta Directiva temen a la Asamblea es un hecho demostrado en su propia convocatoria, y no ya solo por la fecha, que hemos comentado, sino por la novedosa fórmula elegida, al amparo de una alarma sanitaria que pretenden utilizar para evadir su responsabilidad frente a los socios y evitar responder a las críticas que, sin duda, recibirían en una sesión normal.
Dice concretamente el punto 14 del orden del día de la Junta Directiva de mañana viernes lo siguiente:
"14. Reglamento de celebración de Asamblea General Ordinaria y Preasambleas Territoriales que se realizarán de forma telemática debido a la actual situación de alarma sanitaria. Toma de decisión".
Es decir, que tras aprobar su convocatoria (en el punto anterior) los señores junteros pretenden aprobar, a propuesta del presidente, un nuevo reglamento que les permita celebrar una "Asamblea General" y unas "Preasambleas" de forma "telemática", escudándose en un estado de alarma que ya ha sido desactivado por el gobierno desde el pasado 21 de junio y que, parece ser, solo se mantendrá en la Sgae del señor Onetti.
La cuestión es que los estatutos vigentes (tema éste que también tiene su "miga") dejan muy claro el derecho de los socios a asistir personalmente a la Asamblea o a las Preasambleas, derecho que, parece ser, quiere "matizar" ahora el señor Onetti (y veremos si también su Junta Directiva), o, más bien, eliminar a cambio de una asistencia virtual no recogida en nuestra normativa.
Cuando parecía que la actual legislatura ya no podía dar más de sí, vuelven a sorprendernos con una inverosimil "cuadratura del círculo".
Me pregunto qué opinarán de esto los Servicios Jurídicos de la casa y su Secretario General, aunque, vistos los antecedentes, mucho me temo que volverán a pasar por el "aro", dejando a los junteros la responsabilidad de sus propios desvaríos.
Porque... ¿Cómo llamar a una propuesta que pretende que una reforma reglamentaria introduzca una figura que no contemplan los estatutos y que supone, además, ignorar un derecho social expresamente reconocido por estos? (porque, que nadie se confunda, no hablamos de permitir una asistencia telemática sino de impedir una asistencia presencial).
Es evidente que la convocatoria de una Asamblea exclusivamente "telemática" es absolutamente irregular y llama a una impugnación que, no me cabe duda, se producirá.
Pero es llamativo, además, que sea la Sgae la que, contra la exigencia del sector, muy castigado por el confinamiento, de una apertura responsable de cines, teatros y salas de conciertos, promueva un confinamiento a sus propios socios y proclame una falsa prudencia que impide la asistencia a su propia asamblea.
¡Y todo por el "miedo escénico" de su presidente!
Se escuda, eso sí, el señor Onetti en una "alarma sanitaria".
¿Habrá declarado el Estado de Alarma en Sgae, asumiendo plenos poderes, y no nos hemos enterado?
Porque, de otra forma, deberíamos entender que estamos sujetos a lo que dice la "autoridad" política al respecto.
En el caso de Madrid, que es donde se celebra la Asamblea (y habría que ver lo que dicen en los territorios donde hay Preasambleas), las instrucciones son muy claras y mucho me temo que no amparan el criterio del señor Onetti, ni justifican su imposición de "acuartelamiento" a los socios:
La nueva normalidad en Madrid: qué se puede hacer y qué no desde el 21 de junio
Esta norma será publicada en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid (BOCM) en las próximas horas y entrará en vigor a las 00:00 horas de este domingo, 21 de junio. Estas son las claves:
El Gobierno autonómico establece una primera fase del 21 de junio al 5 de julio y una segunda a partir del 6 de julio.
Se apela a la responsabilidad de los madrileños con el uso de la mascarilla, la distancia interpersonal o el cumplimiento de medidas higiénicas.
El aforo en espacios cerrados será por norma general del 60% y a partir del 6 de julio, del 75%.
En zonas abiertas, principalmente terrazas, la ocupación será del 80% y en la segunda fase, del 100% manteniendo la distancia social.
Es decir, dado que la Asamblea se celebrará el 30 de julio, estaríamos en la segunda fase, que contempla un aforo del 75% en espacios cerrados.
En la pasada Asamblea, la asistencia fue de 265 socios presenciales (más o menos igual que en la anterior), lo que significa que un espacio habilitado para unos 350 asistentes permitiría perfectamente esta cifra, cumpliendo la norma comunitaria.
Nada, por lo tanto, justifica la arbitrariedad de Onetti y su Junta Directiva, que, además de suponer una grave irregularidad y una inadmisible privación del más fundamental derecho de los socios, hará inútiles las decisiones que puedan tomarse, ante una segura impugnación y una denuncia ante el organismo tutelar y los tribunales de justicia.
Para mayor escarnio, el criterio que pretende imponer el señor Onetti choca con el que se tomó respecto de la Sala Berlanga, abierta desde el pasado 9 de junio, entonces con 1/3 de su aforo (que hoy podría elevarse a un 75%, según la normativa).
Que ahora Onetti y su Junta Directiva pretendan impedir la asistencia de los socios a la Asamblea General es una burla intolerable y un ejercicio antidemocrático injustificable.
La explicación está en su temor a enfrentarse a una masa social muy indignada con la gestión actual y evitar dar la cara ante los socios.
No en vano, una de las propuestas de la junta de mañana para la asamblea es una revisión de la política de descuentos (naturalmente, no lo duden, será al alza).
Será la primera subida del descuento de administración en muchos años, un fracaso evidente de la actual gestión que, no nos engañemos, no es consecuencia de la situación provocada por la pandemia (eso vendrá en las cuentas de 2020, que serán aún peores). Las cuentas que veremos en la próxima asamblea (eso sí, a distancia, o al menos eso pretenden), serán las de 2019, sin que mediase todavía confinamiento alguno y que son las que han causado una inevitable subida de los descuentos producto de una mala gestión, sin más.
Eso es lo que el señor Onetti, que aspira a volver después del 23 de octubre, quiere evitarse, eludiendo el mal trago de explicar a los socios los estragos de una etapa catastrófica (de la que ha formado parte durante toda la legislatura, por más que ahora pretenda vender un nuevo proyecto que, ya vemos, solo tiene de innovador el profundizar en el descaro con el que se pasan a los socios por el "arco de triunfo") .
La "Nueva Normalidad" de esta Sgae del señor Onetti y su club de amigos no responde a alarma sanitaria alguna, sino, simplemente, a una "colitis severa" producida por el terror a enfrentarse a su propio fracaso en una asamblea.
Y para ello, si la actual Junta Directiva lo permite (y asume esa responsabilidad) y si quienes desde la administración debieran desaconsejarlo no cumplen con su obligación para con los socios de Sgae (asumiendo igualmente la suya), se privará a los socios de su derecho a participar en la Asamblea General Ordinaria de 2020, en una inédita decisión que, sin duda, tendrá consecuencias para sus promotores.
Y para los socios de esta vieja "Nueva Sgae" de Onetti, que, además de pagar la fiesta, habrán perdido ya hasta el derecho al pataleo...
José Miguel Fernández Sastrón
(2 de julio de 2020)
Comments